Entendemos por ojo directriz o ojo dominante como aquel en el que nuestro cerebro fija la vista, siendo este por así decirlo nuestro principal.

Es muy común que personas diestras tengan como ojo dominante el izquierdo y viceversa, lo cual puede afectar a la práctica del deporte.

Para conocer cuál es el nuestro, podemos hacer una cosa tan sencilla como tapar un objeto a unos dos metros señalarlo con un dedo. Una vez hagamos esto cerramos uno de los ojos y comprobamos si seguimos señalando al objeto, después lo hacemos con el otro y el que siga haciéndolo será el principal.

Aclarado esto, el trabajo presentado a continuación pretende mejorar el encare para un tirador diestro con ojo directriz izquierdo, evitando así tanto tocar la culata como tener una mala postura para el tiro.

Acodamos el punto rojo de forma que quede enrasado con el ojo izquierdo y ponemos a tiro el arma para que los disparos den en el blanco.

De esta forma el usuario, en este caso cazador con reclamo, tendrá una precisión muy difícil de conseguir con un punto de mira normal. Ya que donde ponga el ojo, pondrá el proyectil.